Tuesday, December 18, 2007

Cómo ser sostenible (y no enloquecer en el intento). Primera semana





La semana pasada presenté la que sería mi experiencia de inmersión durante un mes. En ese momento me preguntaba si era posible vivir en Buenos Aires respetando los valores de la sostenibilidad. La idea era, sin caer en extremismos ni en ninguna clase de otros “ismos”, ver cuántos hábitos domésticos y personales podía cambiar. La clave estaría en hacer las cosas a conciencia: vivir, viajar, comer, etc.

A una semana de comenzada la experiencia, tengo una respuesta para aquella primera pregunta: se puede, pero no es fácil.
Es probable que vivir de un modo sostenible sea algo difícil en cualquier lugar del mundo. Pensar en lo que uno hace, cómo lo hace y cambiarlo si hace falta, es un trabajo incómodo.

De cualquier modo, Buenos Aires y, a menor escala, mi barrio, me depararon varias sorpresas.

Primero, una lista de las cosas que sí pude cambiar durante esta semana:

  • Agua: sin que uno se de cuenta –después de todo, lo único que nos exige tener agua es abrir la canilla- se derrochan muchos litros. La solución: administrarla y hacer un uso racional. Esto es: abrir cuando es necesario, cerrar cuando no. ¿Cuándo? Al lavar los platos, las verduras o cualquier otra cosa. Además, hice arreglar una canilla que perdía un eterno hilo de agua.
  • Luces fuera, ahorro de energía: esta semana descubrí que hay muchas más luces en casa que las imprescindibles. Aprovechando la estación, decidí mantener las luces apagadas y aprovechar la luminosidad natural. Lo mismo hice con la refrigeración: sin aire acondicionado y muchas ventanas abiertas.
  • Fiebre de reutilización: o locura del reciclaje. En vez de comprar uno y reemplazar al que estaba, reciclé el espejo del baño y que quedó como nuevo. Recuperé un vestido y varias prendas que no usaba, recurriendo a la tijera, botones y apliques. Seleccioné una importante cantidad de ropa que regalé en vez de dejarla guardada. Y hasta doné una correa que a mi perro le quedaba chica.
  • Caminar, caminar, caminar: intenté ir caminando a todos los lugares más o menos cercanos. Reemplacé colectivos por subterráneo (haciendo combinaciones milagrosas!) e intenté tomar menos taxis. Me encantaría poder usar la bici para recorrer la ciudad pero Buenos Aires es bastante hostil para los ciclistas.
  • Empecé a armar mi propia huerta orgánica: que, hasta el momento, está integrada por una menta y un perejil. Todavía no me animo a hacer un compost: me dan mucho miedo los insectos.
  • Sin bolsas es mejor: es espantosa la cantidad de bolsas que me dan cada vez que voy de compras. La solución:utilizar mi propia canasta de caña. Los coreanos del supermercado me miran con desconfianza. Ventajas: las compras son más acotadas y sólo llevo lo que entra en la canasta. Resultado: compro menos cosas innecesarias y no acumulo bolsas. Más difícil fue cuando fui a comprar regalos para navidad. ¿Cómo llevar remeras, camisetas y faldas en la mano? La solución: una sola bolsa para todos los regalos. La sorpresa: en el Festival Buen Día, unos chicos me vendieron una remera y no me dieron una bolsa porque, según dijeron, estaban en contra de la contaminación.

Otras cosas fueron más difíciles de resolver:

  • Productos orgánicos: no encontré dónde comprar vegetales orgánicos, cereales ni productos producidos bajo las leyes del comercio justo. No al menos cerca de casa. La solución: en el barrio chino de Belgrano se consiguen muchas cosas. Verduras orgánicas, toda clase de semillas, cereales, productos certificados. La desventaja: resulta incómodo movilizarse tan lejos para hacer las compras. Y los precios son bastante altos. Tengo la intención de seguir buscando lugares más cercanos.
  • Luces de bajo consumo: no todas las lámparas de la casa aceptan bombillas de bajo consumo. Y no todas las ferreterías tienen todas las medidas y modelos.
  • Objetos reciclables: hay poco en el mercado que se pueda comprar con la certeza de que se trata de productos reciclables. El veterinario, por ejemplo, me dijo que “lo mataba” cuando le pregunté si las bolsitas para los paseos caninos eran reciclables.
  • Residuos responsables: el gobierno de la ciudad de Buenos Aires tiene un programa llamado Basura Cero. Y en la calle hay containers donde se puede tirar la basura, discriminando los materiales para favorecer la recuperación. El problema: tuve que caminar cuatro cuadras para llevar mi basura (previamente separada según qué clase de desperdicios se trataba). También me tomó un tiempo extra investigar qué se considera residuo seco y cómo seleccionarlo.

    Acá está el testimonio.


En conclusión: fue una semana productiva, con cambios pequeños que quiero volver permanentes. Varias personas cercanas se interesaron en mi experiencia. Algunos se rieron, pero otros me preguntaron cómo se podía hacer para “hacer las cosas de una manera más responsable”.

Es exactamente lo que estoy tratando de descubrir, les respondí.

12 comments:

María Noel Alvarez said...

Vamos Lu! A no desanimarse. En Casa de Oshawa, en Newbery y Ciudad de la Paz, venden verduras orgánicas y -ya que a esta altura del año da mucha fiaca cocinar- comida hecha muy rica. Vengo de cenar ahí!

Luciana said...

Jajajaa. No te preocupes, Noe, cero desánimo por estos lados.
Conozco Casa de Oshawa pero...también me queda lo suficientemente lejos para ir caminando a hacer las compras diarias!

Clarita said...

Existe algún tipo de comunicación (folleto, cartel, etc.) para los vecinos de Capital Federal de cómo seleccionar la basura, en qué contenedor ubicarla y lugar dónde encontrarlos?

Lo pregunto porque no vivo en Capital.

Muy buena crónica!

Luciana said...

Clari:
Yo no encontré ningún folleto de ningún tipo en ningún lado. En la página del Gobierno de la Ciudad hay una guía para separar y elegir los residuos. Del paradero de los containers por ahora no vi nada!

Lívia said...

Sos como Carrie pero sostenible!

muy bueno eso decosas simples que uno puede hacer, así como apuntar lo más difícil.

ya estoy ansiosa por el próximo post!

Santiago Craig said...

No hay nada de folletos, Clari, y creo que vos deberías empezar a pensar en hacer alguno, al menos para nuestro edificio.
Ya que tenemos los tachos, bueno, podemos activar un poco a la gente, no?
La comida esa nueva es muy rica, puedo asegurarlo.
Saludos!!

Luciana said...

Clari, se ve que convocaste a San Folleto porque esta mañana me encontré con una coqueta carpa blanca y a varias promotoras repartiendo imanes y folletos con el título "Nosotros separamos".
La empresa de los containers se llama Aesa, está contratada por el Gobierno de la Ciudad y según me dijo una promotora, los containers (dos por cuadra) van a estar instalados "a lo largo del 2008, no sé si entre enero o agosto".
El container que usé yo ayer no está más porque, según me dijo, esa es la zona de Aesa...
En fin, esperemos que los instalen más bien en enero... si no no sé a dónde voy a poner los residuos secos!

Mónica Mateos said...

Luciana, tenes mucha suerte de vivir en Capital, te cuento que en la ciudad donde vivo en el único lugar donde encontré productos orgánicos es en Walt Mart y el azúcar orgánica salía 50 centavos más que la común, y en 1 kilo de azucar es mucho.
Pero está muy bueno el desafio, sigamos buscando...

alejandra procupet said...

Excelente y apasionante inmersión...Hay un almacen orgánico con mucha cosa (todavía no entré pero se lo ve grande) en Gorostiaga y Luis María Campos.
Está claro que tanta concentración en hacernos responsables de nuestros actos nos debería llevar a otra forma de vida, más atenta, más slow, más consciente. Y en definitiva, de eso también se trata: de parar un poco la máquina, de consumir menos, de ir más despacio, más sincronizados con la naturaleza.
Avanti Lu!

Gabriela Ramos said...

Lu, evidentemente la info sobre el uso de los contenedores cambia según la empresa que maneja el tema dentro de la Ciudad de Buenos Aires. Vivo en la zona Sur donde los contenedores de residuos secos están hace rato, en todas la cuadras y sobre la pared del mismo contendor, debajo de RESIDUOS SECOS dice: PLÁSTICOS - PAPELES - VIDRIOS - METALES - TEXTILES. La empresa es Urbasur. Me parece una forma bastante sencilla, directa y constante de información. Saqué una foto del contenedor con el celular pero no pero no encuentro la manera de subirla.

Ingrid Astiz said...

Luciana, me encantó tu iniciativa y les agradezco a todos los que comparten datos.
Pasé algunos al blog http://grupopacha.obolog.com/ donde estoy publicando acciones simples para el cuidado del medio ambiente. Algunas las tengo incorporadas, otras no tanto, y el mismo blog me sirve como guía para repasar y ver qué más puedo hacer.

Por la huerta, recomiendo investigar sobre Permacultura, el fin de semana que viene me voy a Gaia, a ver si aprendo algo más (www.gaia.org.ar)

Un saludo, Ingrid

Unknown said...

Excelente, excelente, excelente intento!