En 1962 la bióloga norteamericana Rachel Carson publico su best seller Primavera silenciosa, que fundó las bases del ecologismo moderno.
Por primera vez se habló del peligro de usar DDT y otros productos químicos usados como pesticidas. Carson nos conto el caso de una población en la que se pulverizaron las tierras con DDT para acabar con una invasión de escarabajos y que desencadenó un proceso catastrófico con consecuencias graves para el ecosistema. Sucedió en Sheldon, Estados Unidos, desde 1954 hasta 1961.
Los escarabajos medio muertos atrajeron a los pájaros insectívoros, la lluvia arrastró los componentes químicos, los cuales afectaron a las lombrices y contaminaron los charcos donde bebían diferentes aves. Ardillas, ratas almizcleras, conejos o zorras tigrillo fueron los siguientes en morir. Los pájaros que sobrevivieron quedaron estériles, ya que el DDT impide que la cáscara de los huevos se endurezca, con lo que se rompían antes de su ciclo natural. Los gatos desaparecieron.
"La cuestión es si alguna civilización puede desencadenar una guerra implacable sin destruirse a sí misma y sin perder el derecho a llamarse civilización." La osadía de creernos capaces de manipular impunemente la vida y la naturaleza nos ha llevado a activar una guerra silenciosa cuyas consecuencias no somos capaces de imaginar, mucho menos de prever.
Fuente: terra.org
Foto: Flickr
Por primera vez se habló del peligro de usar DDT y otros productos químicos usados como pesticidas. Carson nos conto el caso de una población en la que se pulverizaron las tierras con DDT para acabar con una invasión de escarabajos y que desencadenó un proceso catastrófico con consecuencias graves para el ecosistema. Sucedió en Sheldon, Estados Unidos, desde 1954 hasta 1961.
Los escarabajos medio muertos atrajeron a los pájaros insectívoros, la lluvia arrastró los componentes químicos, los cuales afectaron a las lombrices y contaminaron los charcos donde bebían diferentes aves. Ardillas, ratas almizcleras, conejos o zorras tigrillo fueron los siguientes en morir. Los pájaros que sobrevivieron quedaron estériles, ya que el DDT impide que la cáscara de los huevos se endurezca, con lo que se rompían antes de su ciclo natural. Los gatos desaparecieron.
"La cuestión es si alguna civilización puede desencadenar una guerra implacable sin destruirse a sí misma y sin perder el derecho a llamarse civilización." La osadía de creernos capaces de manipular impunemente la vida y la naturaleza nos ha llevado a activar una guerra silenciosa cuyas consecuencias no somos capaces de imaginar, mucho menos de prever.
Fuente: terra.org
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