Estamos acostumbrados a pensar en procesos burocráticos. El camino de la historia parece ser siempre largo, complejo y lleno de escollos.
Pero los jóvenes de 23 años pueden pensar distinto. Para esa generación (y, sobre todo, para las que siguen) los cambios son ahora mismo y sin vueltas.
Eso pudo verse claramente cuando Mark Zuckerberg, CEO de 23 años de Facebook, anunció hace pocos días: “Hasta ahora las redes sociales habían sido plataformas cerradas. Hoy nosotros vamos a terminar con eso”. Con esas palabras inició su anuncio: Facebook, fundado en 2004 como un sitio de socialización entre camaradas de la Universidad de Harvard y que actualmente cuenta con más de 24 millones de usuarios activos y un crecimiento semanal del 3%, dejaría de ser un website para transformarse en una plataforma la plataforma. ¿Y qué quiere decir esto? Apertura total, o, en otras palabras: pasar del Yo al nosotros.
La propuesta de Facebook es, básicamente, abrirse por completo, dejando que los usuarios modifiquen el sitio insertando allí aplicaciones de terceras empresas y eliminando las del propio sitio si se quiere.
La idea es integrar los productos de otros con su red social y que los usuarios puedan utilizarlos desde la propia Facebook. Esto se realizaría a través de widgets que los usuarios podrían integrar en sus perfiles y que ofrecerían servicios extras. Los widgets también conocidos como gadgets, son una nueva categoría de mini aplicaciones, diseñadas para proveer información o mejorar una aplicación o servicios o bien cualquier tipo de interacción a través de Internet.
Por ejemplo, los usuarios podrán eliminar Marketplace (su servicio de compra/venta) si así lo desean e insertar una aplicación de Amazon especialmente creada para el sitio, con las ventajas sociales que esto implica: recomendar un producto, describirlo, valorarlo, compartirlo con otros usuarios, etc. Y lo mismo con noticias de Digg, iLike -un servicio web que te indica cuando una banda va a tocar en tu ciudad, avisándote ahora qué amigos van a ir al concierto o Microsoft, que incorporará aplicaciones para mejorar la relación entre la red social y Windows.Todas estas incorporaciones harán uso del “news feed”, por el cual los usuarios serán automáticamente alertados de las actividades que realizan sus contactos en la plataforma.
¿Y por qué abrirse?La apertura de Facebook es una muestra más de la tendencia a ir de una Web 2.0 de intercambio e interacción a una 3.0 de construcción y elaboración compartida. Como en los casos de WordPress o Firefox, muchas personas ajenas a la empresa crean plug-ins que fortifican cada vez más a la plataforma y a la comunidad. Llevar ese concepto a una red social es un negocio que, en principio, parece no tener techo. En Facebook estiman que la apertura va a dejar una ganancia de US$150 millones este año. Ceder el Yo al Nosotros y dejar de lado los límites de la rigidez da lugar a una nueva identidad compartida, a un nuevo modelo de negocios en donde el flujo de la información y la interacción se multiplica y lo nuevo llega, a veces, de lugares inesperados.
Pero los jóvenes de 23 años pueden pensar distinto. Para esa generación (y, sobre todo, para las que siguen) los cambios son ahora mismo y sin vueltas.
Eso pudo verse claramente cuando Mark Zuckerberg, CEO de 23 años de Facebook, anunció hace pocos días: “Hasta ahora las redes sociales habían sido plataformas cerradas. Hoy nosotros vamos a terminar con eso”. Con esas palabras inició su anuncio: Facebook, fundado en 2004 como un sitio de socialización entre camaradas de la Universidad de Harvard y que actualmente cuenta con más de 24 millones de usuarios activos y un crecimiento semanal del 3%, dejaría de ser un website para transformarse en una plataforma la plataforma. ¿Y qué quiere decir esto? Apertura total, o, en otras palabras: pasar del Yo al nosotros.
La propuesta de Facebook es, básicamente, abrirse por completo, dejando que los usuarios modifiquen el sitio insertando allí aplicaciones de terceras empresas y eliminando las del propio sitio si se quiere.
La idea es integrar los productos de otros con su red social y que los usuarios puedan utilizarlos desde la propia Facebook. Esto se realizaría a través de widgets que los usuarios podrían integrar en sus perfiles y que ofrecerían servicios extras. Los widgets también conocidos como gadgets, son una nueva categoría de mini aplicaciones, diseñadas para proveer información o mejorar una aplicación o servicios o bien cualquier tipo de interacción a través de Internet.
Por ejemplo, los usuarios podrán eliminar Marketplace (su servicio de compra/venta) si así lo desean e insertar una aplicación de Amazon especialmente creada para el sitio, con las ventajas sociales que esto implica: recomendar un producto, describirlo, valorarlo, compartirlo con otros usuarios, etc. Y lo mismo con noticias de Digg, iLike -un servicio web que te indica cuando una banda va a tocar en tu ciudad, avisándote ahora qué amigos van a ir al concierto o Microsoft, que incorporará aplicaciones para mejorar la relación entre la red social y Windows.Todas estas incorporaciones harán uso del “news feed”, por el cual los usuarios serán automáticamente alertados de las actividades que realizan sus contactos en la plataforma.
¿Y por qué abrirse?La apertura de Facebook es una muestra más de la tendencia a ir de una Web 2.0 de intercambio e interacción a una 3.0 de construcción y elaboración compartida. Como en los casos de WordPress o Firefox, muchas personas ajenas a la empresa crean plug-ins que fortifican cada vez más a la plataforma y a la comunidad. Llevar ese concepto a una red social es un negocio que, en principio, parece no tener techo. En Facebook estiman que la apertura va a dejar una ganancia de US$150 millones este año. Ceder el Yo al Nosotros y dejar de lado los límites de la rigidez da lugar a una nueva identidad compartida, a un nuevo modelo de negocios en donde el flujo de la información y la interacción se multiplica y lo nuevo llega, a veces, de lugares inesperados.
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