Wednesday, December 20, 2006

Carta a Papá

Querido papá,

Cómo me hubiera gustado que esta nota te hubiese llegado en el momento en que compartimos esta foto.


Hoy he tenido la bendición de ser padre por primera vez, y al ver a tu nieto tan pequeño e indefenso, me vuelvo a cuestionar qué planeta hemos construido y le vamos a dejar.
Estos pensamientos que hubieran parecido excéntricos hace unos años, ya son comunes entre los de mi generación.
Porque descubrimos que el mundo es finito y limitado, algo que la mayoría de ustedes nunca se planteó.


En las tres décadas que pasaron desde que mamá tomo ésta foto, el ser humano continuó con sus prácticas depredatorias: deforestación, polución y sobrepesca… con lo que no hizo más que confirmar las predicciones acerca del agotamiento de los recursos y el calentamiento global. En sólo 30 años, tu generación acabó con otro tercio de las especies del planeta y deforestó la mitad del Amazonas y los bosques nativos del mundo.


Si bien la palabra sostenibilidad la aprendí al entrar al colegio, tardó años en llevarse a la práctica y recién ahora, por necesidad, hemos tomado real conciencia de lo que significa.
Desafortunadamente, este concepto -la sostenibilidad-, esta simple lógica de supervivencia, tardó demasiado en ser relacionado con sus implicancias en nuestra vida cotidiana y futura.

Costó pensar en el otro, en aquellos que vienen detrás. En las generaciones futuras.

A mi generación le tomó mucho tiempo alcanzar los puestos de poder desde donde ahora intentamos hacer algo para remediar los destrozos ambientales y sociales del planeta.

La tecnología, esa fuerza esperanzadora que ustedes anunciaban como la panacea que por sí sola resolvería los problemas, lamentablemente demoró mucho tiempo en llegar a las manos correctas.
El hombre ha demostrado ser la única especie viviente que tiene el poder para destruirse a sí misma, y ése es el modo en que ha actuado a lo largo de la mayor parte de su historia.

Nos han cobrado un impuesto por adelantado, un impuesto a la vida, a poder respirar, beber y sentir la pureza de otros tiempos que, desafortunadamente, tardará siglos en regresar.
Lo más triste es que ustedes, los Babyboomers, los Yuppies, los que han medido el éxito por sus pertenencias y apariencias, serán recordados como la generación que pudo haber hecho algo y no hizo nada.

Son ahora épocas de cambio. Estamos sin duda en el peor de los tiempos, pero a la vez en los mejores. Se respiran nuevos aires. Hemos aprendido que el mundo no es un sistema jerárquico y mecánico, sino un organismo vivo y autoorganizado en el que la competencia está siendo reemplazada por la cooperación. Lentamente vamos negociando nuestras diferencias, encontrando sistemas de participación para nuestro mutuo beneficio.

Termino esta carta con pena, y la destruyo. Al verte entrar, salgo a recibir tu abrazo por la llegada del nuevo nieto. Tengo esperanzas de que no repitamos los mismos errores con nuestros hijos.

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1 comment:

moon said...

very touching!
espero que podamos ir frenando entre todos esta depredacion que esta ocurriendo. Y asi darle la posibilidad a nuestros nietos que continuen disfrutando de este maravilloso pais que nosotros disfrutamos.
muchas felicidades.