En un apartado dedicado “green dreamers”, el sitio autodesk.es publica una entrevista a Ray C. Anderson, fundador y presidente de Interface Inc., la mayor fabricante mundial de alfombras comerciales y coberturas para suelos, muy comprometida con la sostenibilidad. Allí Anderson cuenta que fueron sus clientes quienes le hicieron tomar conciencia del impacto de sus actividades en el medio ambiente, y que también resultó decisiva y reveladora lectura del libro de Paul Hawken,
Pero veamos qué más revela este CEO que es presentado como un “visionario de negocios sostenibles”, definición que me parece más que acertada.
(…)Amory Lovins dice: "Si existe, debe ser posible." Eso me da esperanza. El progreso que hemos hecho en Interface para reducir el impacto medioambiental en más de un 40% me ha convencido de que eliminarlo del todo es posible, incluso en nuestra compañía de intenso consumo de petróleo. Si nosotros podemos, cualquier compañía puede. Cada vez hay una mayor concienciación. Hoy vemos un antiguo bosque talado y sabemos que está mal. Vemos especies acuáticas deformes a causa de los PCB y sabemos que está mal. Leemos en una etiqueta: "Esta pintura contiene plomo," y sabemos que está mal, por no decir que es estúpido. Vemos el cada vez mayor abuso del hombre sobre la naturaleza, y sabemos que está mal. Vemos un edificio que derrocha energía o con interiores fabricados en caoba de selvas tropicales o con un revestimiento exterior en Secoya de 2.000 años de antigüedad, y sabemos que también está mal. Y cuando vemos la pobreza abrumadora y la injusticia medioambiental, en esta tierra de abundancia, sabemos que está muy, muy mal.
- ¿Qué le preocupa más en esta área?
El calentamiento global viene como un tren de carga fuera de control. El tiempo está contra nosotros, dada la tendencia de la humanidad a negar y aferrarse a la inmovilidad del statu quo. Aunque hay excepciones y victorias que se celebrarán, las tendencias medioambientales globales van en la dirección incorrecta y el calentamiento global solamente las hará peores. La biodiversidad cae en picado ("La muerte del nacimiento," como E.O. Wilson llama a la extinción de las especies). Nuestra huella humana es cada vez mayor y la capacidad de resistencia del planeta se está reduciendo, consumido por nuestro apetito material insostenible.
- ¿Qué consejo da a los jóvenes que desean cambiar el mundo?
Les animo a que desarrollen los conocimientos éticos que moverán el género humano hacia la supervivencia e insten al mercado a exigir la producción ética de productos y un medio ambiente cuidado. Todos tenemos un papel en esta acción, ya que somos diseñadores y tenemos un enorme problema de cambio: debemos aprender a diseñar una sociedad sostenible. Sobretodo, es y será nuestro deber, todos juntos por nuestro propio interés personal de progreso, aprender a estar en paz con la Tierra, y no en guerra.
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